Lagares Rupestres en Oímbra, Galicia
¿Cómo trabajaban en los lagares rupestres?
Cantería y modelado de la piedra
El oficio de los canteros era fundamental para hacer, de grandes rocas en bruto, un lagar donde los agricultores pudiesen hacer vino. Los canteros trabajaban directamente sobre la piedra que emergía de la tierra, desbastándola hasta obtener una superficie regular sobre la que echar los racimos y obtener mosto.
Para dar la forma final a la piedra, los canteros tenían que emplearse a fondo y ser pacientes, puesto que tendrían que picar manualmente las partes básicas del lagar, como el pilón, la pileta y los acoples o encastres laterales que permitirían la instalación de la estructura de prensado.
Prensado de la uva en los lagares rupestres
La Pileta o Calcatorium de los lagares rupestres es la superficie de pisado, de planta rectangular y ángulos redondeados, con dimensiones medias de 2 x 3 metros y una profundidad de 0,5 a 0,10 metros. Una minoría de los lagares se adaptan de forma orgánica a su soporte natural (de ahí su planta irregular), pero la mayoría muestra un diseño claramente geométrico.
El Canal es el conducto de unión entre la pileta y el pilón. Su función es la de trasladar el mosto desde el lugar de prensado hasta el de recogida. Por norma general, cada lagar presenta un canal, pero en contadas ocasiones aparecen dos.
El Pilón es la parte de los lagares rupestres que realiza la función de depósito, para recoger el mosto o lacus. Normalmente se presenta cerrado, con formas rectangulares o ovales, lo que obligaba a usar un recipiente móvil (posiblemente un odre) para recoger el líquido por inmersión antes de su traslado a las bodegas.
Traslado del mosto: del lagar rupestre a la bodega
La mayoría de los lagares de prensado cuentan con un pilón o lacus fijo, pero algunos ejemplares presentan únicamente una oquedad, lo que nos hace pensar que se encajaban piezas móviles (de madera o piel) destinadas a trasladar el mosto a las bodegas.
La forma más habitual de recuperar el mosto para su traslado a la bodega era mediante la recuperación por inmersión, sumergiendo odres en el mosto resultante.
Los barcales se utilizaban en los lagares rupestres que carecían de pilón de piedra (encontramos varios ejemplares en Oímbra), supliendo este elemento por un depósito de madera de forma rectangular o tronco-piramidal. Los productores de vino utilizarían los barcales para llenar los odres, que permitirían trasladar el líquido hasta las bodegas.
Los odres tenían una capacidad media de entre 130 y 150 litros. Se hacían con piel curtida de cabra que se zurcía en las extremidades. Se transportaban en mulas o carros desde el lagar hasta las bodegas, para vaciarlos finalmente en cubas.
Ruta de los Lagares Rupestres de Oímbra
La Ruta de los Lagares Rupestres de Oímbra cuenta actualmente con 8 lagares rupestres identificados y una bodega: 1) Adega-Lagar das Barrocas, 2) Lagar do Pinal, 3) Lagar das Tarañeiras, 4) Lagar da Quinta, 5) Lagar da Tapadiña, 6) Lagar de Xan Preto, 7) Lagar da Ribeira de Fornos, 8) Lagar do Carregal.
El Lagar de As Barrocas, con 30 m2 de superficie, es posiblemente el lagar tradicional más grande de toda la Comarca de Monterrei. Está situado en una bodega dividida por dos ventanas de arcos mitrados truncados que sustentan el lagar, que ocupa la totalidad del piso superior.
Agradecimientos: Concello de Oímbra, Alberte Reboreda (arqueólogo) y Fernando Serrulla (forense).